PDA

Ver la versión completa : Con la casa a cuestas



webmaster
10/12/2007, 12:36
RALF Spencer y su mujer, Virgita, decidieron tras su jubilación, hace cuatro años, convertirse en una especie de nómadas del siglo XXI. Vendieron su casa en Estocolmo y con parte del dinero se compraron una autocaravana. Desde entonces, están viajando por Europa, sin un destino fijo. Las Navidades las pasarán en el camping de Torremolinos, junto a otra pareja de amigos, Lenart Streng y su esposa, Loreta. El caso de estos suecos no es único. Cada año, 400.000 autocaravanas cruzan la frontera con destino a España.

No en vano, la práctica del autocaravanismo está muy arraigada en los países nórdicos, donde se inició en la década de los setenta, según explica Juan Manuel Urbano, presidente de la Asociación Andaluza de Autocaravanistas (Asandac), un colectivo creado hace poco más de un año y que agrupa a casi 400 personas. «Desde hace menos de diez años, el fenómeno está ganando cada día más adeptos en nuestra tierra», comenta Urbano, quien señala a Málaga como una de las provincias más punteras en esta tendencia.

«Aquí se combinan dos factores fundamentales: el clima benigno y los numerosos lugares de interés», apunta el presidente de Asandac, quien insiste en diferenciar el fenómeno del autocaravanismo del caravanismo. «Es como si me dices que una moto y una bicicleta son lo mismo. La caravana no deja de ser un remolque. Nosotros somos un vehículo completo, un turismo más, sólo que viajamos con la casa a cuestas», detalla.

Estereotipos

El movimiento autocaravanista lucha por desmontar los estereotipos que lo asocian con sectores marginales. «La gente piensa que el que viaja en una autocaravana lo hace porque es más barato», advierte Urbano, quien se apoya en cifras y datos oficiales para desmontar estas tesis. «Para empezar, comprarse uno de estos vehículos implicada desembolsar un mínimo de 36.000 euros», asegura el presidente de Asandac.

A esta cantidad hay que agregar multitud de gastos, desde la matriculación -el 12% del coste- hasta las revisiones técnicas o el seguro, pasando, como no, por el combustible -de 12 a 15 litros cada cien kilómetros-. En suma, que mantener una autocaravana sale por unos 2.200 euros al año. «A esto hay que añadir lo que se puede gastar cada uno en los viajes. Como mínimo, hay que usarla 90 días al año para que sea rentable», concluye Urbano.

«¿Es que no es más barato contratar un hotel con todo incluido?», reflexiona el presidente de Asandac. Como este mito de que las caravanas son una forma barata de viajar, su asociación lucha también por desmontar otra serie de ideas preconcebidas. «Dicen que no cuidamos el medio ambiente, que no gastamos en los lugares a los que vamos y que somos unos aprovechados, durmiendo en cualquier parte», desgrana.

Sin embargo, Urbano vuelve a echar mano de las cifras para cuestionar estas imágenes equivocadas. «El consumo de energía en los hogares andaluces crece a un ritmo del 5% anual. Las autocaravanas cuentan, cada vez más, con energías renovables, como los paneles solares. Además, si se dispone de unas mínimas infraestructuras, la contaminación de una autocaravana por residuos líquidos es menor que un hogar o una habitación de hotel», argumenta.

En suma, Asandac reivindica la contribución del autocaravanismo a la diversificación del sector turístico, como una forma de viajar que aporta, además, muchas ventajas a sus usuarios. «Viajas con libertad, sin prisas y fijándote tu propia ruta», resume Teófilo García, un burgalés que, tras 25 años, ha vuelto a Torremolinos para pasar unos días de descanso. Su mujer, Mari Ángeles Tolosana, advierte del auge del caravanismo en España y en Andalucía en particular. «Cuando vinimos hace dos décadas, nos miraban como si fuéramos unos extraños», declara.

Administraciones

Según los datos de Asandac, en la comunidad hay alrededor de 2.000 autocaravanas, una cifra que aumenta constantemente. «A diario recibimos nuevas solicitudes de inscripción», explica Urbano, quien cree que las administraciones «no pueden volver la espalda a este movimiento». «Por fortuna, hemos pasado la etapa en la que se nos asociaba con los 'hippies'», apunta el presidente de Asandac, quien destaca la política de acercamiento a los ayuntamientos que su colectivo está desarrollando.

«Estamos manteniendo encuentros por toda Andalucía. Queremos firmar acuerdos para que nos respeten y no nos multen. No somos unos delincuentes. Nuestros vehículos son turismos, podemos aparcar en los sitios autorizados», manifiesta Urbano.

Así, Asandac se reunió el pasado octubre en Torrox, donde aprobó una carta de compromisos. Su objetivo es que los consistorios habiliten espacios específicos y retiren las señales que prohíben el estacionamiento de las autocaravanas. «Son ilegales», resume Urbano.

Así, el colectivo autocaravanista ya ha conseguido que el Ayuntamiento de Marbella quite unas señales instaladas por la anterior corporación. Asimismo, los consistorios de Torrox y Chipiona se han comprometido a buscar un espacio para estos vehículos. Hace unos días, se inauguró en Nerja un recinto específico para las autocaravanas, gestionado por un particular. Y es que, en este movimiento, existe una pugna entre los propietarios de los automóviles y los dueños de los campings. «Quieren que vayamos siempre a sus negocios, pero nosotros podemos estacionar fuera. Siempre que no hagamos vida en la calle», aclara el presidente de Asandac.

Éste es el caso de Per Olle, un sueco de 72 años, que pasó una jornada en La Cizaña, en el límite entre los términos de Torremolinos y Málaga. «Sólo nos quedaremos unas horas más. ¿Qué a dónde vamos? Pues no sé, a donde nos quiera llevar él», afirma agarrando fuertemente el volante. «No hay destino, sólo un vehículo, y kilómetros por hacer. Somos los yates de la carretera», concluye el presidente de Asandac.

fuente: Con la casa a cuestas. SUR.es (http://www.diariosur.es/20071210/malaga/casa-cuestas-20071210.html)