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La primera noche que dormimos dentro del Serengeti en la tienda de campaña oyendo junto a nosotros la especie de risa burlona característica de las hienas y el potente gruñido algo más lejano de los leones lo primero que piensas es, "No voy a poder pegar ojo en toda la noche", luego te vas acostumbrado a todos esos sonidos nocturnos y al final como andas cansado del trote diario te quedas tranquilamente 'frito', eso nos pasó las tres noches que dormimos allí, cierto es que aunque bastante amplias son tiendas de tela al fin y al cabo y que hay que seguir una serie de precauciones que son lógicas dado el sitio donde estás, pero vamos todo dentro de lo que allí es normal...


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