Cuando el año pasado regresábamos de Roma, teníamos la intención de que este verano nos “conformaríamos” con la Península Ibérica; con el paso de los meses fuimos cambiando este plan para centrarnos, a partir de enero, en preparar un viaje a Centroeuropa. La idea era compaginar visitas a ciudades con el disfrute de los paisajes alpinos, nada de sol y playa.

Este año las novedades eran tres, por un lado nos acompañaría nuestra gata “Rayitas” y por otro estrenaríamos un avance ligero Sunncamp 260 y un “Pizza-Pan” eléctrico. La experiencia ha sido positiva: “Rayitas” se adaptó perfectamente tanto a la vida en el camping como a los traslados y nosotros pudimos disfrutar de su compañía; el avance ligero es fantástico cuando llueve, sobre todo al disponer también del toldo F45i para paradas cortas con sol y el pizza-pan es un gran invento tanto para freír, hacer paellas, pasta, pizza… sin tener que usar el gas.

La disposición era la de siempre: bici en la baca sobre el coche y el resto de equipaje repartido entre maletero y caravana. Todos sabemos que la colocación del equipo es fundamental para evitar pérdidas de tiempo buscando y para circular seguro. Mientras mis chicas hacían las últimas compras yo me dedicaba a revisar presiones de neumáticos, niveles, cargar, ver peso en lanza, revisar documentaciones, alumbrado, etc., con todo en orden nos acostamos temprano aunque ya se sabe lo difícil que es conciliar el sueño antes de un viaje.


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